Las trabas al comercio, el gran desafío de la Ronda Doha

EL CRONISTA - 12.04.2005 - ECONOMÍA Y POLÍTICA

El compromiso de las naciones desarrolladas de reducir un 20% las ayudas internas a la agricultura, cuando finalice la actual Ronda Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC), no traería beneficios para países como la Argentina. Más productivo para el mundo en desarrollo sería presionar para que se eliminen las restricciones en el acceso a mercados para productos agrícolas. Así lo explicó el actual director ejecutivo del Banco Mundial, Alieto Guadagni, durante una conferencia en la que se mostró optimista sobre el avance de las conversaciones para liberalizar el comercio global.

Después de estar a punto de fracasar, la Ronda Doha logró un nuevo impulso en el mes de julio pasado, cuando Estados Unidos y la Unión Europea junto con el resto de los países de la OCDE se comprometieron a eliminar los subsidios a las exportación y a reducir sustancialmente (en cerca de 20%) las ayudas internas. El anuncio revitalizó lo que se consideraba que era ya una negociación decepcionante. "Este compromiso representa un paso histórico para el comercio. Sin embargo, bajo el esquema actual no traerá grandes beneficios para el mundo en desarrollo", aseguró el ex secretario de Energía.

Aunque el sector agropecuario genera menos del 4% del PIB mundial, es por lejos el que más padece las distorsiones que generan las trabas al libre comercio. Los países desarrollados apoyan a sus agricultores, bajo diferentes mecanismos, con más de u$s 350.000 millones anuales, lo que representa cinco veces la ayuda a las naciones más pobres. Esto, a pesar de que en esas naciones el sector genera el 1,8% del PIB y apenas un poco más del empleo.

Según un estudio del Banco Mundial (que será presentado hoy en la Fundación Pent), el mundo avanzará hacia un esquema de liberalización total del comercio, se incrementará el bienestar global en u$s 300.000 millones anuales hacia el año 2015 y cerca del 61% de las ganancias serían para la agricultura. De ocurrir esto, dice Guadagni, los beneficios para el PIB de América latina duplicarían a los que obtendrían los países industrializados. Y los de la Argentina los triplicarían.

Pequeñas trampas

Pero en el comercio mundial, los grandes anuncios suelen ocultar pequeñas trampas. La intención de la UE y de EE.UU. de reducir y hasta eliminar las ayudas internas y a la exportación, estarían encubriendo el principal obstáculo al libre comercio de la actualidad: las trabas arancelarias y paraarencelarias a las importaciones. "El 92,3% de los perjuicios al comercio agrícola mundial son atribuibles a las restricciones en el acceso a mercados y sólo el resto está motivado por los subsidios", explicó Guadagni. Es bajo este mecanismo que los países de la OCDE concentran las mayores trabas al libre comercio de productos agropecuarios. Los países en desarrollo, por ejemplo, enfrentan en sus exporta ciones agrícolas un arancel promedio 14 veces superior al aplicable a otros productos.

Los naciones con fuerte producción agrícolo-ganadera que integran el grupo Cairns (Australia, la Argentina, Nueva Zelanda, Brasil, Canadá y Sudáfrica, entre otros) vienen reclamando por esto desde el inicio de la Ronda Doha. Por eso, la UE y Estados Unidos incluyeron en el acuerdo de julio pasado el compromiso de alcanzar "sustanciales reducciones arancelarias". Sin embargo, los países industrializados podrán mantener un alto nivel de protección para los productos considerados sensibles (2% del total). "Hay que tener cuidado, porque bajo este concepto se esconde un gran proteccionismo y se pueden perder las ganancias de la liberalización del comercio agrícola", sostuvo Guadagni.

Según previsiones del Banco Mundial, si las naciones ricas consiguen mantener un 2% de bienes agrícolas con altos aranceles, se perderían 3/4 partes de las ganancias agrícolas posibles para los países en desarrollo.

Por otra parte, Guadagni advirtió sobre el peligro de que las naciones menos desarrolladas acepten la ampliación de cuotas para acceder a mercados, ya que este mecanismo no hace otra cosa más que ampliar el proteccionismo. "Es cierto que unos pocos productos agrícolas están sujetos a cuotas de importación, pero cubren más de la mitad de toda la producción de los países industrializados y de sus importaciones agrícolas", explicó el director del BM.

La próxima "prueba de fuego" que determinará el futuro de la Ronda Doha será la sexta conferencia ministerial de la OMC, que se realizará en diciembre en Hong Kong. La presión que los países en desarrollo ejerzan para que se avance en la eliminación de las trabas al comercio agrícola determinará el futuro de sus exportaciones.

Por Francisco Ochoa
Para EL CRONISTA COMERCIAL