Denuncian que hay "planillas de la felicidad" para anunciar obras"

LA NACION- 12.07.05 - POLITICA.

Un estudio de la Fundación PENT descubrió un polémico mecanismo legislativo


Se trata de proyectos que no cuentan con asignación real de recursos ni con estudios de factibilidad


La oposición asegura que el Gobierno presenta emprendimientos que no se concretan

La polémica por el empleo político de los anuncios de obras públicas en campaña electoral parece no tener fin.

Un estudio de la Fundación PENT, integrada por investigadores de la Universidad Torcuato Di Tella y de la Universidad de San Andrés, revela que los legisladores del PJ en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja introdujeron en la ley de presupuesto 2005 un mecanismo administrativo que permitirá anunciar este año 73 obras públicas por más de 90 millones de pesos, aunque no cuentan con recursos asignados.

Para concretarse, dependerán de un redireccionamiento de partidas por parte de la Jefatura de Gabinete. Según el documento, son obras que pueden ser prometidas a la ciudadanía con réditos electorales y no necesariamente deben ser llevadas a cabo ya que no cuentan con los fondos exactos presupuestados.

El dispositivo consiste en desagregar las planillas que detallan las obras públicas en dos subtotales. En el subtotal 1 se incluyen obras con estudio de factibilidad realizado y aprobadas -según lo dispuesto por la ley de inversión pública- por la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía, mientras que el subtotal 2 comprende las obras sin estudios ni aprobación, cuya ejecución es legalmente inviable pues carecen de financiamiento específico en el presupuesto. Aquí queda al descubierto -según el estudio y los diputados de la oposición consultados- el carácter discrecional que puede adquirir el reparto de fondos para obras públicas.

El estudio de la Fundación PENT da en llamar al mecanismo "la planilla de la felicidad". Incluso así la conocen los mismos legisladores.

En la Cámara baja, distintos diputados reconocieron a LA NACION la existencia del mecanismo, y afirmaron que se lleva a cabo desde hace muchos años, aunque tuvieron visiones diferentes: mientras desde el oficialismo se esgrimió que todas las obras que figuran en el presupuesto tienen fondos asignados y posibilidades de llevarse a cabo, opositores de diferentes bancadas tildaron el método de "discrecional". También denunciaron que muchas de las obras jamás se concretan y que otras se incluyen "por presión política de dirigentes afines al Gobierno", a cambio de su voto en votaciones trascendentes.

Desde la Fundación PENT se dieron mayores precisiones. "La «planilla de la felicidad» permite a legisladores anunciar en sus distritos la próxima realización de obras que en principio no tendrán lugar porque no respetan el procedimiento de la ley de inversión pública ni cumplen con el mandato de contar con financiamiento específico establecido por el artículo 28 de la ley de administración financiera", dice el documento, elaborado por el economista Alejandro Bonvecchi, miembro del Programa de Estudios Electorales y Legislativos de la Universidad Torcuato Di Tella e investigador de la Fundación PENT.

"Los legisladores pueden luego culpar al Poder Ejecutivo por su falta de ejecución", criticó.

"Las «planillas de la felicidad» permiten, además de la posibilidad de hacer anuncios electorales, la generación de un mecanismo de negociación de leyes, porque los legisladores pueden negociar sus votos en un determinado proyecto del Poder Ejecutivo a cambio de que aparezca el financiamiento para las obras no presupuestadas", explicó Bonvecchi a LA NACION.

Según el estudio, el dictamen de Presupuesto incluyó para el ejercicio de este año 73 obras en el subtotal 2 -la "planilla de la felicidad"- por un monto de $ 96.435.000, pese a no contar con recursos asegurados.

Explicaciones

Desde la presidencia de la Comisión de Presupuesto que lidera Carlos Snopek (PJ-Jujuy) intentaron explicar el mecanismo. "Todas las obras que figuran en el listado están presupuestadas, y se eligen de acuerdo a su mérito, oportunidad y conveniencia", explicaron cerca del diputado jujeño, aunque reconocieron que la realización efectiva de las obras es "una cuestión política".

Fuentes de la comisión aclararon que muchas veces "los gobernadores reciben el dinero para hacer las obras y por alguna razón no las concretan", aunque reconocieron que "siempre que faltaron votos se les promete a los diputados alguna obra en sus distritos".

Desde la oposición, el jefe de la bancada radical, Horacio Pernasetti (UCR-Catamarca) criticó el mecanismo. "Hay una ley que especifica que cualquier obra proyectada debe tener dictamen previo y estudio de factibilidad aprobado. Esta ley no se cumple", fustigó.

Pernasetti fue más allá: denunció que "muchas de las obras que el presidente Néstor Kirchner anuncia ni siquiera están en el presupuesto y responden a la presión de dirigentes afines. Otras figuran con un presupuesto ridículo y jamás se llevan a cabo".

La semana última, LA NACION informó que el Gobierno anunció en el primer semestre del año transferencias financieras para el interior por 11.555 millones de pesos. La mayor parte de esos recursos son para obra pública. Pero Kirchner dijo más tarde que esa información proviene de una prensa "esquizofrénica".

Jaime Rosemberg y Lucas Colonna