Un economista argentino será rector universitario en París
Gerardo della Paolera presidirá la American University, una institución privada
LA NACION -20.08.2002 - Cultura
Gerardo della Paolera nació en Buenos Aires en 1959. Es licenciado en Economía por la Universidad Católica Argentina y obtuvo sus títulos de máster y Ph. D. en la Universidad de Chicago, Estados Unidos. Entre 1991 y 2001 se desempeñó como profesor, rector fundador y miembro de la junta directiva de la Universidad Torcuato Di Tella. Tiene tres libros publicados y presentó trabajos de investigación en más de 30 universidades. Junto con Alan M. Taylor, acaba de publicar el libro "Straining at the anchor. The Argentine Currency Board and the Search for Macroeconomic Stability, 1880-1935". Está casado con Verónica Pipp y tiene tres hijos.
Viaja hoy a Francia junto con su familia
Dice que la universidad masiva tiene problemas para producir buenos dirigentes en el país
Explica cuáles son sus proyectos
La casa, en pleno barrio residencial de Acassuso, está casi vacía. Apenas unos muebles ocupan las habitaciones. Faltan pocas horas. Hoy, Gerardo della Paolera, ex rector de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), pasará a formar parte de los miles de argentinos que emigran del país.
Pero la suya no es la típica historia de desencanto, sino la de alguien que logró zanjarse un lugar de prestigio en el exterior. A los 43 años, en septiembre próximo, Della Paolera ocupará el cargo de presidente (o rector) de The American University of Paris (AUP). Se trata de una institución norteamericana que reúne a unos 1500 alumnos de distintos países en el corazón de Francia y que tiene tan sólo tres años menos de vida que él.
Della Paolera lleva consigo la experiencia de haber sido el artífice de la UTDT, desafío que enfrentó a los 31 años y que continuó hasta 2001, cuando decidió tomarse un tiempo sabático. Pero sus planes cambiaron de pronto cuando una consultora de Recursos Humanos lo contactó y le propuso estar al frente de la AUP. No fue un proceso automático, claro. Para llegar, debió competir con más de 200 postulantes, en su mayoría de Estados Unidos.
"Es más difícil tomar esta oportunidad profesional y este gran proyecto en un momento tan convulsionado para el país. Lo vivo con cierta tristeza, pero con la esperanza de volver", reconoce, en una entrevista con LA NACION. Consigo lleva una biblioteca con más de 2500 libros.
Della Paolera es licenciado en Economía por la Universidad Católica Argentina y obtuvo sus títulos de máster y Ph.D. en Economía, en la Universidad de Chicago, Estados Unidos. Está convencido de que "un punto neurálgico que determina la calidad de los dirigentes en la Argentina es la universidad. Si la universidad es mediocre, la clase dirigente también lo es", insiste.
-¿Cuáles son sus expectativas en esta nueva etapa?
-Lo que me resulta muy interesante es que la AUP tiene un perfil muy internacional. Tanto es así que el alumnado es un 25% norteamericano, un 18% francés y hay un buen porcentaje de estudiantes escandinavos, de los Países Bajos y de Europa del Este. La AUP es una de las dos universidades de gestión privada reconocidas por el Ministerio de Educación francés. La otra es el Instituto Católico.
-¿Qué orientación piensa darle a la AUP?
-Quisiera reforzar el área de ciencias sociales y analizar la posibilidad de saltar más fuerte al área de posgrados. Seguiremos una "política de apertura", que implica que la AUP empiece a tener conexiones más fuertes con las grandes escuelas francesas. Otra de las líneas de acción será aumentar la cantidad de profesores full time de 50 a 70, en los próximos cinco años.
-De su experiencia en la UTDT, ¿qué podría aplicar en Francia?
-He transitado durante más de 11 años el terreno del fund-raising con ciudadanos argentinos, empresas y fundaciones americanas que conozco bien. Esto para mí va a ser imprescindible para incrementar la cantidad de profesores, mejorar los salarios, para ir reclutando capital humano joven. El secreto para tener una gran universidad es tener grandes profesores y muy buenos alumnos. Pero eso se consigue con esfuerzo y apoyo de la comunidad.
-¿Cómo cree que pesó el hecho de ser argentino en que lo hayan elegido como rector de la AUP?
-En realidad soy franco-argentino, al igual que mi padre; mi madre es croata, pero nacionalizada francesa. Fui educado en el Liceo Franco Argentino y mantuve una cultura francesa muy fuerte. Pero creo que me ayudó mucho que en la Argentina haya algunos parámetros educativos que son muy parecidos a los franceses como, por ejemplo, toda una tradición estatal de la educación superior.
-¿Qué vínculos piensa mantener con nuestro país?
-Seguiré en contacto a través de la Fundación PENT, que creó José María Ghio, un intelectual muy prestigioso. Esta fundación es muy importante para la integración de la Argentina en el mundo, para que el país no se caiga del mapa. Ahí voy a mantener mi situación de investigador visitante.
-¿Cuál es su visión de la Universidad en nuestro país?
-Creo que la universidad masiva, la que se ha establecido en la Argentina, tiene tremendos problemas de producir, para nuestra sociedad, una combinación de buenos profesionales y buenos dirigentes. Es una universidad que no compite. Si la Universidad está cerrada y funciona como una corporación y piensa que el mundo funciona así, se obtiene como resultado una institución que no tiene renovación, muy clientelista, que genera una clase dirigente que no entiende qué es lo que está pasando en el mundo.
-¿Qué otros problemas tiene el sistema universitario?
-En términos cuantitativos, es un sistema muy distorsionado en el que se quiere tener una gratuidad absolutamente indiscriminada y a la vez una tremenda calidad. En un país en el que hay chicos que comen tierra me parece un sistema de subsidio regresivo. No se puede subsidiar a personas de la clase alta para que sigan en una universidad gratuita. Es tremendo. Creo que hay problemas muy fuertes en ese sentido y que se relacionan con la calidad.
-¿Cómo ve la llegada de Jaim Etcheverry a la UBA?
-Creo que la elección de Jaim Etcheverry, un humanista, es un verdadero cambio con respecto a su predecesor (Oscar Shuberoff). Pero hay que ver si va a tener la fuerza política y generar alianzas para hacer un cambio en este sentido. Es muy importante que una universidad compita, que se abra, porque justamente eso es lo que le da la apertura intelectual al profesional y al futuro dirigente. Pero, entre todo lo que está pasando, esta elección la veo como una de las ráfagas de optimismo, algo bastante inesperado.
Por Amalia Eizayaga
de la redacción de LA NACION